No existe suficiente evidencia que relacione los efectos de los edulcorantes no calóricos con el incremento del apetito, la ingesta a corto plazo o el riesgo de padecer diabetes o cáncer, según una revisión de estudios realizada por Ãngel Gil, catedrático de BioquÃmica y BiologÃa Molecular de la Universidad de Granada, y su equipo de investigación, que se publica en Advances in Nutrition.
El estudio ha realizado una revisión de la evidencia proporcionada a través de estudios experimentales y análisis clÃnicos sobre los efectos de los edulcorantes en la microbiota intestinal. “Es necesario realizar más investigaciones sobre los efectos de los edulcorantes en la composición de la microbiota intestinal de los seres humanos y asà confirmar cualquier efecto que se pueda haber encontrado en estudios experimentales en animalesâ€, ha dicho Gil, también presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (Finut).
En este sentido, “todos los edulcorantes aprobados en la Unión Europea son seguros y su impacto en la microbiota es despreciable, siempre que la ingesta diaria sea inferior a la admisible. Además, los edulcorantes bajos en calorÃas parecen tener efectos beneficiosos al comportarse como auténticos prebióticosâ€.
-Los alimentos tendrán que reducir su sal, grasas y azúcar entre un 5% y un 18%
-Sanidad implantará el semáforo nutricional
–El uso de edulcorantes bajos en o sin calorÃas no elevarÃa la glucosa en sangre
–Sin datos sólidos de que los edulcorantes dañen la microbiota
El consumo de azúcares, sobre todo sacarosa, jarabes de fructosa o glucosa, se ha visto incrementado en todo el mundo, lo que ha provocado preocupación por sus posibles efectos adversos sobre la salud y el desarrollo de enfermedades crónicas como el sÃndrome metabólico, las enfermedades cardiovasculares o la diabetes tipo 2. Tanto es asÃ, que instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han recomendado reducir el consumo de estos azúcares libres. En esta lÃnea, el Ministerio de sanidad ha firmado 20 convenios con las asociaciones representantes de 398 empresas alimentarias y de bebidas para reducir el contenido de una media del 10% de azúcar, grasas saturadas y sal.
Los edulcorantes pueden sustituir a los azúcares porque mimetizan su sabor dulce, pero tienen un nulo o escaso impacto sobre la ingesta energética diaria y frecuentemente, son más dulces que la sacarosa.
El principal objetivo de la revisión ha sido analizar de manera crÃtica las evidencias que apoyan los efectos de los edulcorantes no nutritivos, los sintéticos (acesulfamo K, aspartamo, ciclamato, sacarosa, neotamo, advantamo y sucralosa), los naturales (taumina, glucósidos del esteviol, monelina, neohesperidinadihidrocalcona y glicirricina) y los nutritivos bajos en calorÃas, como los polioles o alcoholes del azúcar, en la composición de la microbiota humana.
Entre los principales hallazgos se ha observado que “entre los edulcorantes no nutritivos y no calóricos, únicamente la sacarina y la sucralosa dan lugar a cambios significativos en la microbiota, aunque se desconoce su impacto sobre la salud humana y se requieren más estudios para confirmar estos cambiosâ€, ha dicho Gil. “Esto mismo ocurre con los glucósidos de esteviol, pero en grandes dosis, superiores a la Ingesta Diaria Admisible (IDA)â€.
La sacarina y la sucralosa sà dan lugar a cambios significativos en la microbiota
Según Gil, los edulcorantes basados en derivados de aminoácidos no ejercen cambios en la microbiota intestinal debido a su baja concentración y porque estos aminoácidos son absorbidos por el duodeno y el Ãleo. “En lo que se refiere a los edulcorantes de tipo poliol (como la isomaltosa, el maltitol, el lactitol o el xilitol), que no se absorben o lo hacen pobremente, se comportan como verdaderos prebióticos, pudiendo alcanzar al intestino y aumentando el número de bifidobacterias tanto en animales como en humanosâ€.
Además la revista Food and Chemical Toxicology ha publicado recientemente otra revisión en la que es incluyeron únicamente ensayos in vivo. De la misma manera, “esta publicación también concluyó que no existen evidencias de efectos adversos de los edulcorantes bajos no calóricos en la microbiota intestinalâ€, ha añadido Gil..
Al igual que el resto de aditivos alimentarios, los edulcorantes no calóricos están sujetos a un estricto control de seguridad llevado a cabo por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la FDA estadounidense, asà como otras instituciones internacionales tales como el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios (Jecfa) y la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC).
AsÃ, “el uso de los edulcorantes, que pasan estrictos controles por parte de estos organismos, es seguro dentro de los niveles de la IDAâ€, ha concluido Gil.
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